Hay varias partes de la historia que los ecuatorianos no sabemos, una de estas es que en la continuidad de la enfermedad de Proaño, un grupo de periodistas salen a la región oriental, después de haber estado en Quito, pero en el viaje a la selva amazónica estuvieron expuestos a varios peligros uno de estos fue el tránsito en los puertos peruanos.
Con la caída de García Moreno se daría el regreso de los amigos de La Nueva Era, los cuales estaban en contra de la dictadura de Veintimilla, de la persecusión de aquella época, pero sin duda Proaño , dejaría en la prensa de las ciudades en alto por sus publicaciones y su inteligencia lúcida, de su gracia maestra para el equívoco, entregando lo que el público quería de un periodista, no deja de mostrar al mismo tiempo una vida triste de todo un humorista, apagando la lágrima sin dar importancia a sus artículos, los cuales en la actualidad nos parecen interesantes , por la crónica escrita que tiene, para unos cinco minutos de lectura.
Valverde escribió un libro de versos clásicos llamado “Anécdotas de mi vida”, algo parecido a un diario pintoresco, no exento de psicología y análisis, historia episódica de su existencia de la cual brota ese modo de expresión literaria novísima que es la crónica novelada, esta pudiera superar los límites del breve libro moderno.
En 1880 circula en Quito Los Principios dirigido por Ángel Polibio Chávez con un estilo moderno siendo el propulsor del civismo al que le interesa la justicia de la cultura, y en 1884 aparece el Telégrafo en la ciudad de Guayaquil fundado por Don José Murillo, este diario alcanzará consistencia y tras una breve tregua conseguirá bordear el medio siglo, archivo fundamental de la historia.
Bibliografía:
El Periodismo Ecuatoriano
Arias, Augusto. Pág.: 17, 18,19.
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